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Por Majo Rentería
No solo han sido unos últimos dos meses de campaña muy intensa para la presidencia de los Estados Unidos, los últimos tres días han sido los más relevantes e importantes para las elecciones. Y no lo digo por el hecho de que alguno de los candidatos resulte ganador, sino por todo el furor y polémica que ha causado esta elección.
Surgen varios puntos a destacar, el más controversial es el de las votaciones adelantadas y enviadas por correo. Este punto ha sido el de más revuelo y el arma que más ha utilizado el candidato Trump para intentar salvar su presidencia (y su pellejo). Desde meses anteriores, el aún Presidente, mantuvo una campaña de evitar las votaciones por medio de correo y que su séquito de seguidores se esperara hasta el día de las elecciones. Y pues el tiro le salió por la culata.
Con los primeros conteos, los cuales eran mayormente conformado por las votaciones presenciales, pareciera que nuestro vecino del norte mantendría a su actual presidente. Pero conforme pasaron las horas y los conteos, Biden empezó a ganar terreno en algunos estados anteriormente “dominados” por Trump. Un claro ejemplo fue Michigan, donde en la noche de la elección, Trump poseía la ventaja, pero al amanecer, Biden lideraba y terminó ganando dicho estado.
Aunque falta poco para saber quien resultó ganador y el panorama pareciera un poco más claro, estas elecciones han resaltado algo de lo más criticado de la administración Republicana: la división en la población. La verdad es que no importa quién gane, sino quién pueda unificar al pueblo americano en tiempos tan difíciles. Con una pandemia todavía existente y una crisis económica tocando la puerta, el candidato que resulte electo tiene, no sólo el trabajo de resolver estos problemas, sino tratar los mas antiguos y dolorosos para la nación norteamericana. Claros ejemplos son el racismo, la xenofobia y el antisemitismo.
Las crisis han ido y venido, pero las luchas sociales son una problemática latente en Estados Unidos. Un problema que más que requerir un Presidente, requiere un líder. Esperemos, por el bien de nuestro queridísimo vecino, que quien salga victorioso en esta reñida contienda, de verdad vea por todos los americanos, sin importar si son azules o rojos.