CATEGORÍA: OPINIÓN / INTERNACIONAL / POLÍTICA
Por El Tío Jano
Biden triunfa sobre Trump. ¡Albricias para los pueblos del mundo! Pero, ya se puso a pensar, querido lector, ¿qué consecuencias para México vienen con esta decisión clave para la gobernanza global? Porque si no lo ha hecho, hágase el favor de seguir la lectura e infiera.
Estaba yo pensando (algo muy presumido de mi parte) en que resulta interesante cómo y desde cuándo las consecuencias de la elección de Joe Biden como el Presidente número 46 de los Estados Unidos, se verán reflejadas en México. Para mi buenaventura mental, no tuvo que pasar gran tiempo, ya que desde el propio sábado, día que se le declaro como líder vencedor de la contienda, nuestro primer tabasqueño se pronunció de la siguiente manera y aclaró mi panorama:
«Con respecto a las elecciones en Estados Unidos, vamos a esperar a que se resuelvan todos los asuntos legales. No queremos ser imprudentes, no queremos actuar a la ligera, queremos ser respetuosos de la autodeterminación de los pueblos y respetuosos del derecho ajeno. Queremos esperar a que el organismo pertinente legalmente se resuelva el asunto de la elección en Estados Unidos»
¡Eso, señor Presidente! Así se da una cátedra de gobierno y gobernanza. Así se pinta la raya de la autonomía entre pueblos, así se aclaran las amistades y se deslindan los conflictos. Justo así, señor Presidente, es como uno no empieza una relación que se suponga duradera, fuerte y conveniente para ambos. Así no, ¿qué necesidad? Lo que parece un discurso bien armadito desde las catacumbas ebrardianas, acabó siendo el hazmerreír de la prensa internacional, una vez más. Si bien no se trataba de aplaudir, tampoco se trataba de alejar.
Y la cosa no se quedó ahí, porque también mencionó que esto es sospechoso. Que «pareciera una remembranza de cuando a él mismo se le hizo un fraude en el 2006». ¿Acaso AMLO le dijo fraudulento al sistema electoral norteamericano? Espero que no, porque si lo hizo, qué valor. Esto es un complot, eso debe ser. No imaginemos lo que no es. Ya en eso, tanta palabrería al parecer muy cuidada, sólo demuestra una voz timorata e ignorante del sistema electoral del vecino. ¿Ya le dijeron a López que EE.UU no tiene un Instituto Electoral como el nuestro? ¿Le habrán explicado que allá el sistema no es realmente voto por voto? ¿Alguien tuvo la decencia de hacerlo ver que cada estado es autónomo en sus conteos porque se rigen bajo un estricto código de lealtad y legalidad? Claramente no. Y quien escribió ese discurso, tampoco. Y quien lo supervisó, menos…
Doble ronda de aplausos y me paro de pie. Y lo hago porque al recién electo Presidente de Bolivia, Luis Arce, ya lo felicitó y eso que los conteos no están «legalmente terminados», pero pues ya lo felicitó. ¡Ah! y a hace un año, al entonces recién electo Presidente de Argentina, Alberto Fernández, a él también lo felicitó a menos de un día del final del conteo, mediante un tuit que decía algo como «triunfó la democracia y el pueblo habló», uno de esos copy-paste típicos de sus inagotables tiempos del templete capitalino. Entonces, me paro de pie, porque el hombre en verdad ve al futuro. Qué suerte tenerlo en Palacio Nacional.
Mientras el vecino vota por un cambio de filosofía político-económica y por una fórmula donde la Vicepresidencia será llevada elegantemente por una mujer, que además pertenece a una «minoría racial», y se han roto una vez más techos de cristal; acá al sur estamos viendo a ver cómo le hacemos para taparle el ojo al pueblo sobre los hermanos incómodos, la delincuencia, el descontrol sanitario y las inundaciones en el estado natal del propio Presidente. Pero pues, triunfó la democracia.
¿Les conté que Michael Johns, uno de los máximos líderes conservadores y Republicanos de EE.UU, y co-fundador del Tea Party, ya felicitó a AMLO por no reconocer el triunfo de Biden, lo que ya trajo amplias críticas de los Senadores Demócratas? ¿No? Bueno, una anécdota para después.