El tono de voz, no lo es todo…

La comunicación como sabemos, es una acción de transmitir o intercambiar información.
Todos somos emociones, para comunicar en radio específicamente, no existe un apoyo de imágenes, toda la comunicación es gracias a sonidos, voz, música, efectos, etc.
Uno tiene que transmitir con emoción y por supuesto intención, por muy complejo o difícil que parezca, ya que como mencioné anteriormente, todos somos emociones. Desde el momento en el que nos despertamos todas las mañanas, sabemos con qué actitud o emoción lo estamos haciendo, de eso depende el cómo se desarrollará nuestro día, hay cosas que por muy simples que parezcan significan mucho para nosotros, pero también hay días que las cosas no nos interesan en lo absoluto, eso es gracias a cómo estamos queriendo percibir o recibir las situaciones en nuestro día a día.
Lo mejor para transmitir emociones en la radio es mostrarnos transparentes, tal como somos.
Uno de los puntos importantes al comunicar, es la gesticulación, gracias a gesticular logramos un mensaje más exacto y fácil de entender.
En este taller recibimos un excelente consejo, y es que si queremos transmitir un mensaje alegre debemos de sonreír, aunque nadie nos esté viendo y sólo esté el micrófono con nosotros. Al poner una emoción en cada mensaje, le damos un diferente tono e interpretación.
Actualmente mucha gente cree que, con el entretenimiento de la televisión y el gran impacto de las redes sociales, la radio va en declive, realmente no es así, la radio nunca morirá, está presente en todas partes.
Para la radio no son amenaza la televisión, las redes sociales o las plataformas de streaming, ya que es inmediata, como lo mencionó la conductora Adriana; “Ante un temblor, una catástrofe, te abren el micrófono y en seguida comunicas lo que tienes que decir”, es realmente cierto, ya que la información llega al receptor de una forma rápida y veraz, sin importar el cómo te veas, mientras pongas una emoción e interpretación en el mensaje, deja de importar lo demás.
La radio persiste, y seguirá así simplemente porque los seres humanos estamos hecho de emociones, a pesar de que pongamos una app para reproducir música, no se sentirá lo mismo al saber que alguien te está acompañando del otro lado, te hace sentir que no estás solo, te puede transmitir demasiados sentimientos y emociones con sólo el hecho de escuchar la voz del locutor en segundos; y claro no sólo se transmiten las emociones placenteras, ya sea alegría, esperanza, entusiasmo; también podemos llegar a transmitir emociones de enojo, frustración, tristeza, miedo, etc.
Estar frente a un micrófono es una responsabilidad muy grande, ya que es el delator de nuestro nivel cultural, podemos expresar, difundir ideas; siempre estando por delante el respeto y tolerancia ante las diferentes opiniones, porque claramente todos pensamos de una manera distinta.
Los locutores, aunque no lo quieran se convierten en líderes de opinión, debe de existir demasiada precaución. Es importante resaltar que la voz no lo es todo, debemos saber manejarla, saber intencionar al decir algo, gesticular; tener educada nuestra voz.
De nada sirve tener una voz increíble y expresarse de una mala manera, por eso es esencial prepararse y practicar.
No importa cómo lleguemos a sentirnos o lo que estemos pasando, tenemos que transmitir lo que se nos indica, la gente no querrá escucharte mal o triste, debemos de saber dejar afuera de la cabina esa mascara y ponernos una nueva al transmitir o comunicar.
Se podría decir que nos volvemos un personaje, para mantenernos en una dinámica emocional o social, por lo mismo siempre debemos tener conocimiento de lo que habláremos.
Lo más importante en este medio es no perder el piso; no ser personas groseras, malagradecidas, soberbias, etc. Al ser así solo nos cerramos puertas y oportunidades, todos los días conocemos y aprendemos cosas nuevas de todo y todos.
Los ejemplos y actividades que nos pusieron a hacer sirvieron de mucho para lograr entender la importancia de la emoción e intensión de la voz, gracias a eso se dan contextos completamente diferentes a las situaciones que captamos como receptores de mensaje.
Sofía Elizabeth Vázquez Cerón

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