Por Brian Ali

La posibilidad de tener experiencias sexuales seguras sin riesgo de contraer enfermedades es una condición indispensable del concepto de salud sexual. Pero, a pesar de estar viviendo en el siglo XXI, donde la comunicación y el internet han logrado cambiar y expandir los medios de comunicación, hoy en día muchas personas de todas las edades tienen muy poco conocimiento de este tipo de enfermedades, quizá por miedo a preguntar y ser criticados o simplemente por tener ese pensamiento eterno de “a mí no me va a pasar”. Pero la realidad, es que no existe conciencia de este problema muy real.
¿Cómo saber?, ¿Cuáles son los síntomas?, ¿Son un mito? No es un mito, son enfermedades que no han sido erradicadas, porque son provocadas por contacto sexual entre parejas sin protección debida. Entendiendo que los preservativos no sólo sirven para evitar la fecundación, si no para proteger a las personas de parejas infectadas.
Las ETS han sido un tema tabú en nuestras sociedades cargado de prejuicios y estigmas; usualmente se piensa que estas enfermedades son exclusivas de las personas jóvenes, o colectivos, grupos, sin embargo, cualquier persona presenta el riesgo de contraer alguna ETS a través de: contacto sexual (vaginal, anal u oral) sin protección, intercambio de agujas contagiadas, trasfusión sanguínea o a través del embarazo.
Y lamentablemente no se habla de ellas; por eso, contraer una enfermedad o una infección sexual conlleva desconocimiento y, peor aún, culpa. El problema recae en la poca información alrededor del tema. A veces no presentan síntomas evidentes, por lo que hace difícil su reconocimiento; y aunque lo fueran, desconocemos qué tipos hay, cómo se llaman o en qué afectan. Precisamente por el tabú creado a su alrededor, cuando se contrae la infección o enfermedad, se acarrea una culpa irracional. Además, avisar a las posibles personas que también pueden estar afectadas se convierte en un paseo de culpa, vergüenza y juicios morales.
Y es ahí, donde nace la ignorancia, ignorancia de la cual se producen estereotipos, tabús y odio, ignorancia que, en vez de unirnos para educarnos, nos segrega; ignorancia que induce miedo y vergüenza a las personas con ETS/ITS, las cuáles en ocasiones prefieren no compartir su estado de salud, no ser atendidos, evitando el uso de tratamientos, lo cual puede acabar en muertes. Y es que es para algunos, es mucho más pesado vivir siendo juzgado, que vivir con la enfermedad, porque su sangre no es su condena, su condena es la ignorancia; como bien dijo Martín Luther King, “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”, o José Martí, “La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso matar a la ignorancia”
Y es por eso, que debemos empezar a crear un mundo en donde tenga más peso y relevancia el salvar la vida de las personas, de adultos, ancianos, adolescentes, incluso niños, que juzgarlos, apártalos, condenarlos y discriminarlos. ¿Por qué? Porque las ETS no matan, la ignorancia sí ¿Es la varicela un tabú? No. Pues hablemos de las ETS/ITS con la misma libertad, por el bien común.
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