Por Regina Madrigal

El pasado viernes 29 de abril del presente año, se realizó una mesa de debate muy interesante y con buen contenido para hablar, dicho evento se llevó a cabo de manera presencial y virtual con ex alumnas egresadas de la Universidad Internacional para exponer acerca de un tema polémico, delicado y de suma importancia que sucede frecuentemente en la sociedad mexicana y en sus alrededores “Acoso a la Mujer” desafortunadamente, hoy en día las mujeres no tenemos la libertad suficiente para salir a la calle con la ropa que queramos y sentirnos cómodas en todo momento, ya que los hombres comienzan a chiflarnos o nos dicen cosas vulgares como los piropos, pero hay de piropos a piropos, por ejemplo, “Adiós corazón de melón, te espero en la cama sin tu pantalón” esto es bien conocido como acoso callejero y seguramente algunas de las mujeres presentes en el evento se identificaron con esta situación.
La mayoría de las personas que aplican esta clase de piropos, generalmente los dicen cuando una mujer camina sola por la calle sin un hombre educado a lado, ya que saben que les darán la paliza de su vida y no hay nadie que pueda defenderlas, creen que llamarán la atención de esa manera, nos sentiremos alagadas y nos gusta que digan esas cosas pero ¿realmente logran halagarnos? ¿realmente nos gusta que lo hagan? es completamente lo contrario, no nos gusta para nada, nos genera mucha incomodidad ignoramos los comentarios para evitar alguna situación que puede terminar en una tragedia, incluso generamos cierto repudio hacia esa persona, también algunos nos llegan a dar una nalgada o agarrar una pompa sin nuestro consentimiento.
Por lo general, la excusa que más dicen es “¿para qué te vistes de manera provocativa cuando sales a la calle?” algo que no se ha logrado entender aún, es que no solo nos sentimos agredidas en el momento que sucede cualquier tipo de acoso, también nos sentimos con miedo de vestirnos como queramos para evitar precisamente este tipo de comentarios vulgares y nos da miedo de caminar solas en la calle, ya sea de día o de noche, cosa que no debería de suceder ya que tanto hombres como mujeres somos libres de vestirnos y salir como queramos sin miedo alguno y todos sin excepción tenemos el derecho de ser respetados, y no solamente eso, si traemos short o falda a la escuela en época de calor, algunos se quedan mirando nuestras piernas de una manera acosadora e incómoda para nosotras, por el simple hecho de mostrar un poco para sentirnos frescas y no parecer por ello, provocativas.
Desafortunadamente, 9 de 10 mujeres hemos sufrido acoso callejero, laboral o sexual, por la manera en la que vestimos o nos dirigimos a alguien sin tener alguna intención sexual, desafortunadamente, la mayoría de nosotras no podemos hacer nada al respecto, esperemos que poco a poco empiecen a tomar conciencia acerca de esta situación y el gobierno pueda actuar de la manera correcta ya que la mayoría de las veces, los verdaderos responsables salen impunes.
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