CATEGORÍA: ANÁLISIS / INTERNACIONAL
Por: El Tío Jano
Ya escribía yo hace algunas semanas sobre este tema, que por suerte, sigue dando de qué hablar. En aquel momento lo titulé «Donde hubo fuego, cenizas quedan» (si usted gusta, querido lector, búsquele un poquito en los anales de este blog para estar en contexto). Y bien, pues cenizas quedaron. Sólo eso queda del caso, del legado y del nombre del todopoderoso General Salvador Cienfuegos.
Aunque parece que el sistema de justicia norteamericano, con un poco de apoyo y peticiones de la cancillería, ha desestimado mayormente el caso contra el General Cienfuegos, su nombre ha quedado manchado y las dudas del proceso que se ejecutó, desde el primer día, son cada vez mayores. ¿Cuánto pesó el hecho de que Joe Biden ganara la presidencia? ¿Tiene esto algo que ver con la postura presidencial actual y una especie de «pacto de buena voluntad»? Después de todo, «ningún mexicano será abandonado a su suerte ante la justicia extranjera», y estoy citando La Mañanera de hoy y al vocero de presidencia que cada mañana sale a decirnos lo que necesitamos.
El tiempo lo dirá, pero si usted es de esos que adoran las teorías de conspiración y le busca y rasca hasta que le saca agua a la piedras, agárrese fuerte. Le prometo un buen viaje.
Justo por estas hora, 11:30 a.m del miércoles 18 de noviembre, se está llevando al cabo la que quizás sea la última audiencia del General con la justicia del vecino del norte; donde se cree y espera, (por el bien de la relación y la fraternidad bilateral) se exonere de todo cargo al General Cienfuegos para que éste quede libre de volver a México. Una vez de regreso, y en palabras de su amigo y ex-compañero sexenal, Miguel Ángel Osorio Chong, buscará que se investigue su caso a detalle para limpiar su nombre.
«Cienfuegos nunca dio el brazo a torcer, siempre se mantuvo firme con su inocencia y no aceptó ser tratado como testigo protegido, nunca. Eso es confiar en su inocencia y en el sistema de justicia. No como algunos otros, como digamos… El Chapo, García Luna o Javier Duarte, que a la primera de cambios aceptaron los tratos de la fiscalía, y cantar como pajarillos primaverales, en contra de algunos políticos, empresarios y demás figuras (mayormente) opositoras o adversarias de la 4T. Coincidencia, seguramente.
«Es un mexicano intachable. Se mantuvo firme en su postura y eso hay que respetarlo», eso dijo el Canciller Ebrard al ser cuestionado sobre el apoyo del gobierno mexicano y el proceso de repatriación. Pero, ¿y Rosario Robles? ¿No ella también se ha mantenido firme en su inocencia? ¿No ha pedido que se investigue a detalle lo que se tiene en su contra?
Los rivales, opositores y adversarios sí se persiguen, pero siempre hay intereses más profundos. En el caso de Doña Rosario, nunca se le dará una oportunidad de defenderse en libertad; pero en el caso del General Cienfuegos, hablamos de que se atentaba contra la imagen de la Fuerzas Armadas, del país y del propio gobierno actual, al acusarlo y apresarlo, y eso, querido lector, es algo que la 4T no se puede permitir. Y menos estando en juego la elección de cargos del 2021.
Por eso le digo, cenizas quedaron, porque de esta no se levanta nadie. Cienfuegos peleará y apelará por limpiar su nombre, sí. Y seguramente lo logrará, porque es lo que le conviene a la administración actual. Porque de lo contrario lo hubieran acribillado por ser un títere de la corrupción de ese gobierno innombrable del también innombrable Enrique Peña Nieto; porque sería una herramienta más en contra del neoliberalismo de tiempos pasados y vendría «como anillo al dedo», como desafortunadamente el Jefe del Ejecutivo y algunos de sus Secretarios segundones repiten constantemente cuando se trata de sacar raja política. Pero insisto, eso no conviene esta vez. Así que, borrón y cuenta nueva.