En noviembre, el álbum “Thriller” cumplió 40 años desde su lanzamiento, hoy, lo celebramos repasando su historia y trascendencia.

Por Emiliano Güemes Solís
“Thriller” de Michael Jackson, uno de esos proyectos que siempre tiene que estar en la conversación de los mejores de la historia; una referencia absoluta para todos los artistas de la música pop que aspiran a llegar a lo más alto, y una revolución total en diversos aspectos de la industria musical.
Este es, seguramente en conjunto con “Bad” y “Off The Wall” -álbum que precede a esta obra- el mejor trabajo en la inmensa carrera de Jackson. Y es que, es un icónico disco que está perfectamente construido desde donde se vea, hasta el punto en el que es, hasta la fecha, el álbum más vendido de todos los tiempos.
El disco, más que un fenómeno mediático, puede considerarse como un parteaguas dentro del pop como género, ya que, a partir de aquí, se asientan bases que seguimos encontrando hoy en día.
Para empezar, hay que destacar la brillante producción detrás de todo este fenómeno, y la clave dentro de ella es sin duda Quincy Jones, el legendario y polémico productor musical que fue responsable de grandes éxitos de la época.
Jones no sólo trabajó con Michael, en su trayectoria encontramos a nombres como Frank Sinatra, Will Smith, Oprah Winfrey o Steven Spielberg; además de un envidiable palmarés en el que destacan sus 27 premios Grammy y un Óscar.
Hablamos sin duda de un prodigio musical, que ya desde niño hacía sus primeros arreglos, y que ha estado presente durante décadas en la élite de la industria, experimentando con una variedad impresionante de géneros.
«Thriller» a su vez fue una osada combinación artística, pues Jackson colaboró con el guitarrista Eddie Van Halen para «Beat It» y con un Paul McCartney en la plenitud de su inercia comercial para la balada «The Girl is Mine».
Este último sería precisamente el primer sencillo del disco, que comienza con “Wanna Be Startin´ Somethin´”, una agitada pieza de funk escrita por Michael Jackson, en un principio, para su hermana, La Toya. La letra, acompañada de ritmos implacables, narra la historia de chismes dañinos y el sentimiento de ser observado que le provocan a Michael, en un entorno que constantemente persigue al cantante. Esta lírica profunda contrasta con la melodía, que es enérgica y acelerada; además, podemos ver algo muy especial que se volvería una constante en toda la carrera de Michael: un instrumento marcando el ritmo con los mismos acordes a lo largo de la canción, siempre acompañado de múltiples elementos que conforman un ambiente agradable y que no cae en la monotonía. Y es que, Michael sin duda estaba obsesionado con la meticulosa producción de sus canciones, que siempre presenta distintos sonidos entrando y saliendo de la pista.
Pasando a “Baby Be Mine”, compuesta por el tecladista “Rod Temperton” (que ya había trabajado con Michael anteriormente), tenemos una canción que mezcla el Rock y el R&B, en una pista alegre que promete un amor eterno. Aquí destaca principalmente el sintetizador, que nos brinda una base sumamente disfrutable, además de la increíble voz de Michael, que encaja de forma maravillosa.
Volviendo a “The Girl Is Mine”, vemos una batalla romántica, donde Paul y Michael pelean por el amor de una chica. En la conversación final, podemos identificar elementos de rap en un fragmento que es pura improvisación. El rango vocal de Paul es impresionante, y podemos ver la facilidad que tiene para alcanzar notas altas y en un momento volver a su estilo tradicional.
En este punto entra la triada perfecta, tres canciones míticas que sin duda son las más representativas de la influencia de este álbum. En primer lugar, tenemos a “Thriller”, mi favorita en lo personal, principalmente, por la manera en que te puede introducir en una historia en la que quedas totalmente inmerso. La pista de audio es en sí misma una película de terror clásica, una vívida experiencia compuesta de sonidos espeluznantes como portazos, pasos, aullidos y quejidos; ahí, se describe una trama emocionante que describe perfectamente una experiencia terrorífica, describiendo a los monstruos que van apareciendo, las sensaciones que generan y referenciando películas icónicas del género.
Para encontrar la verdadera trascendencia de “Thriller”, sin embargo, tenemos que pasar al plano audiovisual, donde nos encontramos con un cortometraje hecho videoclip, dirigido por John Landis y el propio Michael Jackson; en esta pieza de 14 minutos, encontramos uno de los videos más influyentes en la cultura popular, gracias a la caracterización, ambientación, coreografía y tonalidades en el mismo. A partir de este punto, todos en la industria querían la fórmula del éxito, e intentaron replicar el formato. Esto fue una pieza fundamental en las reproducciones del disco, prácticamente duplicando sus ventas y vendiendo más de un millón de copias en VHS.
Avanzamos a otro hit monumental, como lo es “Beat It”, que perfectamente podría haber moldeado los estándares de la música actual, es descrita por Jones y Jackson como “una canción de Rock que agrade a todos los gustos musicales”. Esta canción igualmente encuentra la forma de conectar mediante su videoclip, uno donde podemos ver un ambiente agitado donde se refleja una guerra de pandillas, y que les dio mayor visibilidad a los artistas afroamericanos en la cadena MTV. No podemos olvidar el épico solo de guitarra de Eddie Van Halen, que encontró el sonido idóneo para transmitir el mensaje de la canción.
En la sexta canción, encontramos al emblema del álbum, y probablemente de toda la carrera de “MJ”: “Billie Jean”, con una letra que generó diversas teorías gracias a sus tópicos sombríos relacionados con la paranoia y la obsesión. En ella, se habla de Billie Jean, una mujer que afirma que el narrador de esta historia es el padre de su hijo recién nacido, mientras él reniega rotundamente. Tenemos extraordinarios recursos vocales, como los contratiempos o las exclamaciones, técnicas de producción adelantadas a su época y la presencia de un bajo palpitante y un hipnótico saxofón. Por si era poco, en la primera presentación en vivo de este tema pudimos ver por primera vez el “Moonwalk”, un espectacular paso de baile que se volvió el sello personal del artista.
En “Human Nature”, volvemos a la calma con una balada que captura la esencia infantil de Michael. Una voz dulce que a su vez canta sobre la naturaleza curiosa del ser humano, en lo que entendemos como un punto culminante del álbum.
Finalizamos con “Pretty Young Thing”, una canción alegre que nos va acercando al final, y “The Lady of My Life”, el conmovedor y mágico cierre que cuenta una historia de amor.
Creo firmemente que este álbum se acerca a la perfección, se encuentra en el punto exacto entre la innovación, producción, experimentación, versatilidad y contenido, abrió el camino a un sinfín de nuevos conceptos y se ha sabido conservar bien. “Thriller” tiene una energía diferente, con canciones tan electrizantes que pueden hacer que te levantes a bailar, como con letras reflexivas que te harán plantearte el significado verdadero de las canciones. Este conjunto de temas es la genialidad de Michael en su forma más pura, un visionario que a lo largo de nueve canciones pudo transmitirnos un poco de su talento.
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