Pritam Singh, vicepresidente de la organización internacional Sea Sheperd, dice que la vaquita es una especie mágica, patrimonio de los mexicanos.

Foto recuperada del portal web: DOLPHIN DISCOVERY
Por Brian Ali
La vaquita marina es un mamífero marino cuya área de distribución se restringe al Alto Golfo de California en México, y el cual hoy en día es el más amenazado del mundo por la extinción; y esta amenaza de la especie se debe a que suele quedar atrapada en las redes de pesca para capturar a la totoaba, un pez que se encuentra bajo una fuerte presión porque su vejiga se comercializa de forma ilegal en los mercados asiáticos.
Sin embargo, hay esperanza para la conservación de la especie, ya que un grupo de científicos e investigadores, entre ellos Armando Jaramillo y Lorenzo Rojas, investigadores mexicanos, zarparon en octubre del año pasado en los barcos Sharpie y Narval del Museo de la Ballena durante la la última campaña “Operación Milagro”, que se realizó entre la organización Sea Shepherd Conservation Society, la Secretaría de Marina (Semar), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y otras cinco dependencias mexicanas, para realizar un estudio en la zona cero y ubicar a vaquitas marinas, en la cuál afortunadamente se hicieron ocho avistamientos y “la buena noticia es que hay dos crías, es un grupo sano, lo cual hace una esperanza muy grande”, aseguró Chuck Lindsey, director ejecutivo de Sea Shepherd.
“No quiere decir que esto es todo lo que hay, puede haber más, no lo sabemos; pero lo que sí sabemos es que logramos identificar a esas ocho, sabemos que la vaquita sobrevive. La buena noticia es que la vaquita sigue aquí y la mejor noticia es que estas acciones que estamos tomando ahora, están siendo realmente efectivas y de ahí viene la esperanza”, expresó Pritam Singh, presidente de Sea Shepherd.

A partir de 2021, la “Operación Milagro” comenzó a patrullar con mayor coordinación el Área de Tolerancia Cero del Refugio de la Vaquita Marina, una zona reconocida por la Unesco, ubicada muy cerca de San Felipe, en Baja California, y donde está prohibida la pesca. Los barcos de Sea Shepherd vigilan que no haya embarcaciones pequeñas ni que se coloquen redes de pesca para capturar a la totoaba y, en caso de encontrarlas, alertan de inmediato a la Marina.
A la par, se realizó el estudio científico de septiembre a noviembre de 2021, con técnicas de sonar (con las que se detectan los sonidos que hace la vaquita). “Son noticias muy buenas porque indican que la vaquita se continúa reproduciendo, y que tiene una oportunidad de sobrevivir. Esto es signo de que nuestros esfuerzos tienen un efecto”, dice en entrevista para Tec Review Charles “Chuck” Lindsey, CEO de Sea Shepherd. “Son números críticos, pero nuestros esfuerzos se centran en darle el espacio a la especie para que se pueda reproducir”, añade.
Pritam Singh, vicepresidente de la organización internacional sin fines de lucro, dice que la vaquita es una sirena mágica, patrimonio de los mexicanos, que simboliza no renunciar para garantizar su supervivencia. “Con estas cifras debemos ser más diligentes, poner más esfuerzo, ser más determinados, poner más esperanza. En Sea Shepherd queremos que esta cifra se mantenga y sea mayor cada vez”.

Sin embargo, aunque estas son buenas noticias, no debemos olvidar que las contribuciones de organizaciones como Sea Shepherd se han visto frenadas, dado que el año pasado, el gobierno mexicano abandonó la política de mantener una zona de “tolerancia cero” en el alto Golfo. Luego introdujo un sistema gradual de penalizaciones si había más de 60 embarcaciones en la zona en varias ocasiones. Además de que los ecologistas se vieron obligados a abandonar el Golfo en enero de 2021 después de un ataque en el que los pescadores embistieron una de sus embarcaciones. Uno de los pescadores murió más tarde, aparentemente a causa de las heridas sufridas en ese ataque. Y desde entonces, el trabajo de ubicar y retirar las redes se ha dejado en gran medida a la Armada de México, que operaba basándose en reportes ofrecidos por los ambientalistas. Las autoridades permitieron que el grupo regresara al Golfo aproximadamente un año después de que lo obligaran a salir, pero ya no les permite retirar las redes ilegales.
A raíz de esto en febrero, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos presentó la primera denuncia medioambiental contra México por no proteger a la vaquita marina y señaló que había pedido una “consulta sobre el medio ambiente” con México, en lo que sería el primer caso de este tipo bajo lo establecido en el acuerdo de libre comercio de América del Norte, el T-MEC. Las consultas son el primer paso en el proceso de resolución de disputas de este pacto comercial que entró en vigor en 2020. De no resolverse, podría derivar en sanciones comerciales. Tras el anuncio, la Secretaría de Economía de México reafirmó el compromiso del gobierno “con la correcta implementación del T-MEC y con las responsabilidades adquiridas dentro del mismo”.
Lamentablemente el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su rechazo a la injerencia extranjera y su deseo de equilibrar los intereses de los pescadores y las especies en peligro de extinción algo que, a su juicio, se puede conseguir.

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