Por: Jair Peña.
El periódico El sol de México publicó en su portal de Internet acerca de los primeros 100 días de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador en medio de gran expectación sobre sus primeros anuncios de políticas públicas, no exentas de polémica y debate. De facto, ha gobernado desde antes de tomar posesión y ha sido claro sobre el rumbo de sus acciones, tendientes a desmantelar el que él llama, sin contemplaciones ni matices, un viejo régimen conservador, pleno de privilegios para unos cuantos, profundamente corrupto y ajeno a cualquier compromiso social.
Lo hace desde un punto en el que goza de un bono de confianza social muy alto, que lejos de decrecer, se mantiene estable desde el día que ganó la elección el pasado primero de julio del año pasado.
Como toda obra humana, es posible que puedan tener fallas en su arquitectura jurídica, su manejo administrativo o aun en el sentido de sus fallos, pero en su espíritu está democratizar la vida nacional y quitarles a los gobiernos cualquier tentación autoritaria.
El propio mandatario ha mostrado su disposición al debate, a la no censura de las expresiones sociales, lo cual es bienvenido y es parte de un talante democrático que le ha permitido incluso corregir errores y desvaríos de su equipo de trabajo, propios de la natural curva de aprendizaje gubernamental que enfrenta.
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