Por Brian Ali

Abejas, pequeños insectos malvados que solo buscan picarnos a los cuales se les debe tener pavor, o bueno eso es lo que se nos ha enseñado desde pequeños. Pero estas pequeñas, son más que eso, y ¿por qué?, bueno, pues estas son las encargadas de polinizar alimentos y flores, lo que contribuye a mejorar la biodiversidad, para que después, los polinizadores como pájaros, mariposas y murciélagos transporten el polen de flor en flor para fertilizar a las plantas; proceso que permite la germinación de semillas y el crecimiento de frutos, es decir, sin abejas no habría alimentos.
Sin duda alguna, los seres humanos obtenemos grandes beneficios de las abejas; algunos mencionados por el Dr. George McGavin: “Un cuarto de millón de especies de plantas florales dependen de las abejas, al igual que muchas especies son cruciales para la agricultura, y sin las abejas no sólo perderíamos a las flores, sino muchos otros vegetales, incluidos árboles frutales, y otros cultivos que comemos a diario.”
Y es que, entre muchos de lo beneficios que nos otorgan estos insectos, se encuentra la miel, la cual cuenta con propiedades y beneficios que han sido conocidos y utilizados por distintas sociedades a lo largo del tiempo. Y actualmente esta sustancia constituye uno de los endulzantes naturales primarios más importantes, cuyos beneficios van desde un sabor agradable al paladar, hasta la posible prevención y tratamiento de enfermedades.
Como podemos ver, estos peculiares insectos, son de gran importancia y han demostrado gran fortaleza, al enfrentar cambios que nosotros los humanos realizamos día con día en su medio ambiente como lo son la deforestación, uso indiscriminado de pesticidas, cambios de uso de suelo, pérdida de sitios de anidación y recursos florales. Con estos cambios las abejas pronto podrían sumarse a la lista de “animales en peligro de extinción”, por lo tanto, como sociedad es nuestro deber crear formas de no destruir más las áreas verdes, ya que no tan solo por el eliminar su habitad no tendrían de donde alimentarse, sino que se extinguirían, y las plantas artificiales, no son una opción.
Sin embargo, en los últimos años se ha reportado una disminución importante en la población de abejas, donde tan solo en los Estados Unidos desde el 2006 se ha percibido la pérdida de entre el 30% y 40 % de colonias, las pérdidas no solo se han observado en este país, sino también en Europa, donde se estima un 25% de pérdidas desde 1985, donde Inglaterra ha sido el más afectado con 58% de mortalidad. Y lamentablemente, los cambios efectuados por el hombre no son el único problema puesto que desde el año 2000, se viene estudiando el problema del “Colapso de las colonias”, fenómeno que consiste en la desaparición abrupta de las abejas de sus colmenas. Las causas que se han identificado podrían ser un aumento de los depredadores o la llegada de enfermedades, como el virus de parálisis aguada. De igual manera, los científicos también proponen como causas los cambios producidos en el entorno por los pesticidas y otras sustancias tóxicas como los neonicotinoides, «los cuales son una familia de insecticidas que actúan en el sistema nervioso central de los insectos y tiene consecuencias fisiológicas como: alteraciones en las tasas de desarrollo, movilidad y orientación, malformaciones e interferencias en el comportamiento alimentario”.
Lo cual es bastante terrible, dado que, como ya fue mencionado con anterioridad las abejas son de gran importancia y no solo por brindarnos miel, sino también alimentos ya que alrededor del 70% de la agricultura mundial es posible por las abejas, que favorecen la polinización y reproducción de las plantas y en Europa el 84% de las especies en producción agrícola para consumo humano, incluyendo frutas, vegetales y frutos secos, requiere de la polinización a través de insectos para obtener un producto ecológicamente sostenible y de calidad; por lo tanto, una desaparición total de la especie implicaría graves desequilibrios tanto en la naturaleza, llegando a perder más del 80% de los cultivos que proporcionan alimento, como en la economía mundial, ya que están relacionadas con la generación de miles de millones de dólares anuales en productos agrícolas. También, considero de vital importancia el tomar en cuenta que, si no existe la polinización de las frutas y verduras, así como de otras plantas que consumimos, estas no tendrán un desarrollo óptimo, por lo cual, se convertirán en basura no consumible para el ser humano.
Con todo esto, la incógnita que se genera es, ¿Cómo podemos ayudar?, bueno, probablemente muchos creen que se necesita tener un gran presupuesto o hacer grandes sacrificios, pero, existen iniciativas y alternativas bastante fáciles de llevar a cabo como: elegir plantas autóctonas con flores para así alimentar a los distintos polinizadores que existen, como pájaros, mariposas y murciélagos, también, tener un jardín con diversidad de especies florales, no abandonar en el campo o parques botellas, bolsas o latas, plantar arboles frutales, no utilizar tantos químicos, y aprender más acerca de las organizaciones que mantienen y apoyan a los polinizadores y sus hábitats.
Como podemos ver, es de vital importancia establecer el carácter estratégico de la protección y repoblación de las abejas y otros polinizadores, ya que de no hacerlo en menos de 10 años se dejará de contar con abejas. La ausencia de abejas y otros polinizadores eliminaría el café, las manzanas, las almendras, los tomates y el cacao etc., por nombrar solo algunos de los cultivos que dependen de la polinización y esto propiciaría una catástrofe alimentaria y una crisis de salud a nivel mundial lo cual generaría hambre, guerras y hasta el fin de los seres humanos; puesto que, como bien menciona la frase atribuida al genio Albert Einstein: «Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre sólo le quedarían
cuatro años de vida».
En mi opinión, los países deben cambiar a políticas y sistemas alimentarios más amigables y sostenibles para los polinizadores; Los seres humanos tenemos el control del planeta en que vivimos, nosotros escogemos el futuro de nuestros descendientes, así que alza tu voz, ayuda y exige protección no solo para estos pequeños insectos, sino para toda la flora y fauna, aún estamos a tiempo.
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