Por: Christian G.G.
De acuerdo a lo publicado en sitio web The New York Times, en los próximos días se discutirá en el Senado mexicano la reforma constitucional que dará vida a la Guardia Nacional, dependiente de la secretaria de la defensa; encargados de tareas de seguridad pública tales como la prevención, persecución e investigación de los delitos, podríamos ver que esta reforma es un punto sin retorno para México.
Si se aprueba la iniciativa del gobierno de México se confirmaría la militarización de la vida pública mexicana, la renuncia a la construcción de instituciones civiles de seguridad y la constitucionalización de una estrategia de seguridad que ha exacerbado la violencia y contribuido al deterioro de las instituciones de seguridad pública civiles, pero Durante los últimos doce años, el ejército se ha vuelto cada vez más presente. Hoy los militares hacen labores de seguridad nacional (que incluyen la vigilancia de las fronteras, de las carreteras y de infraestructura estratégica), auxilio a la población en desastres naturales así que podríamos decir que la nueva Guardia nacional es ahora la fuerza militar solo con otro nombre.
Antes de aprobarla, el Senado tendría que hacer lo que algunos legisladores han pedido: abrir audiencias en la Cámara Alta para escuchar a víctimas de las fuerzas armadas. Ello permitiría un proceso de reflexión sobre los efectos de largo plazo que tendría esta reforma.
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