Por: Ximena Arellano.
Según lo publicado en la página de noticias El país, A pesar de contar con pruebas de reiteradas injerencias en las elecciones recientes, la Comisión Europea, es la única que puede proponer sobre la legislación europea, renuncia a sugerir leyes para proteger de injerencias los procesos electorales en los 28 países miembros, la comisión se vio obligada a tomar alguna medida contra las injerencias anti europeas después de constatar la diseminación de noticias falsas en el referéndum del Brexit; las elecciones en Francia y Alemania, y la crisis independentista catalana. La comisaria Gabriel, responsable del área digital, se dio hasta abril para tomar una decisión, después de las insistentes peticiones de otros comisarios, eurodiputados y Gobiernos de países afectados por campañas de desinformación rusas, como las repúblicas bálticas.
“Las noticias falsas son un instrumento que los enemigos de la democracia usan para que fracase Europa”, dice una de esas voces que han llamado a la acción, el eurodiputado español Esteban González Pons, del Partido Popular. “Necesitamos una normativa que proteja a la democracia de las noticias falsas. Ningún país podrá luchar contra este problema en solitario, necesitamos una normativa europea”.
En enero, Gabriel formó un equipo de 39 expertos que entregaron su propio informe, no vinculante, el mes pasado. En él admiten la enorme gravedad del problema de la desinformación, “que puede suponer una amenaza a los procesos políticos democráticos”. A pesar de ello, los expertos recomiendan programas educativos e incentivos a la prensa, pero ni una sola medida punitiva.
Las elecciones europeas tendrán lugar en un año. Es complejo elaborar encuestas de intención de voto sobre un censo de 500 millones de ciudadanos, pero una predicción de los Jóvenes Europeos Federalistas estima que los euro escépticos pueden llegar a superar el 20% de votos, todo un logro teniendo en cuenta, además, la salida del bloque británico por el Brexit. En escaños, bien podrían superar los 150, de un total de 705. Hoy son apenas 108. Si se les añaden los eurodiputados pro rusos y de partidos populistas, el Parlamento Europeo podría quedar en una situación de permanente bloqueo en la próxima legislatura de cinco años, incapaz de aprobar ley alguna.
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