Por: Emmanuel Catalán.
De acuerdo con lo publicado por El Sol de Cuautla no era tristeza lo que se percibía, sino nostalgia y recuerdos el pasado 2 de noviembre en los camposantos de la región, los cuales lucieron llenos de flores, de velas y música, pero también, de vida, uniéndose la alegría de los niños con la melancolía de los ancianos.
Las restricciones de paso que autoridades de Protección Civil debido a los riesgos que existen en el camposanto después del sismo del 19 de septiembre, no impidió que miles de personas acudieran a visitar a sus familiares y amigos que tan sólo se adelantaron en el camino.
Platicas pendientes y canciones como La vida no vale nada, Un puño de tierra, Amor eterno, El amigo que se fue, entre otras más, fue lo que se escuchaba en cada una de las tumbas.
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