Por: María Isabel Jaramillo
El Temazcal del náhuatl temazcalli: de temaz ‘vapor’ y calli ‘casa’, es un baño de vapor, propio de las culturas prehispánicas en México y Centroamérica, cuya práctica ritual ha perdurado hasta nuestros días . El término se refiere tanto al lugar donde se realiza, como al evento en el que se participa. El nombre equivalente en maya es zumpul-ché, en Mixteco Ñihi.
El uso de baños de vapor es una costumbre muy antigua ampliamente practicada en varias culturas. Su origen es encontrado en la prehistoria en grandes áreas geográficas del planeta, por lo que Mesoamérica no fue el único en utilizar estos baños de vapor. En México existe desde la cultura Olmeca asentada en el sur de Veracruz y norte de tabasco hace más de 4000 años.
Actualmente en Cuernavaca, Morelos, hay más de 100 temazcales “sembrados” de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados indígenas, como un medio de purificación y asimismo terapéutico.
El temazcal es un recinto sagrado puede ser redondo o cuadrado, depende en que región se encuentre, o a que cultura pertenezca; pero de cualquier forma representa la matriz de la madre tierra y la casa del dios celeste Omecalli.
Al temazcal se le ofrendan flores y cantos en un ritual dirigido por el temazcalero, conocedor de la herbolaria y cosmología prehispánica, quien utiliza como instrumento sonoro el caracol símbolo del agua y aire, un sahumador representación física de la tierra y el fuego, sábila, y ramos de plantas medicinales.

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