Por: Isabel Domínguez.
Según la publicación del periódico El país en línea La Confederación Holandesa de Sindicatos (FNV) ha presentado una demanda contra la junta directiva de la FIFA, con sede en Suiza, por complicidad en la explotación de Nadim Sharaful Alam, un obrero originario de Bangladesh, que trabajó entre 2014 y 2016 en Qatar en la construcción de los estadios del Campeonato Mundial de Fútbol de 2022.
Sometido, según la denuncia, “a condiciones laborales inhumanas cercanas a la esclavitud”, la indemnización de unos 4.500 euros solicitada en su nombre puede sentar un precedente legal. Cerca de un millón de migrantes levantan en el Estado árabe las infraestructuras del Mundial, y es la primera vez que la Federación Internacional de Fútbol es requerida por no defender sus derechos.

“Los obreros no tienen voz. No pueden influir en su horario laboral ni en las condiciones de alojamiento. Tampoco en el sueldo que cobran, cuando les llega. La competición se ha trasladado al invierno para evitar problemas a los futbolistas, pero ellos trabajan a temperaturas altísimas. Muchas veces se les retira el pasaporte, de modo que es imposible salir y entrar libremente de Qatar”, ha señalado la Confederación sindical holandesa.
En su opinión, la FIFA, que recibió la noche del domingo el requerimiento, “nunca debió otorgar el Campeonato futbolístico a Qatar”. En 2013, y después de que organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional denunciaran la muerte de “centenares de trabajadores”, el propio gobierno catarí investigó la situación. El resultado arrojaba pruebas de “docenas de accidentes entre los obreros contratados con vistas al Mundial”.
Muy tocada por la corrupción de sus antiguos directivos, 39 de los cuales se embolsaron ilegalmente millones de dólares, la FIFA quiere evitar otro escándalo.
En la demanda, su nuevo presidente, Gianni Infantino, tiene tres semanas para aceptar la complicidad del organismo, y compensar a Sharaful Alam. Le conmina también a aceptar que la Federación “no debió adjudicar el campeonato de 2022 sin haberse asegurando antes que se respetarían los derechos humanos de los trabajadores migrantes”.
De lo contrario, el caso acabará en los tribunales. De momento, la FIFA rechaza las alegaciones. El pasado junio subrayó sus esfuerzos “para que las autoridades cataríes aseguren una mejora laboral generalizada en las instalaciones derivadas del torneo futbolístico”, en respuesta a las críticas de Amnistía Internacional. Al mismo tiempo, “niega su responsabilidad en los problemas sociales de los países anfitriones”.
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