Por: Saulo J. Galindo Iturbe.
La contaminación de ríos y tierras aledañas a la comunidad de San Pablito, Pahuatlán, en la Sierra Norte de Puebla, a causa del uso de sosa cáustica y cloro para la elaboración de papel amate, condujo a investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, a diseñar un procedimiento limpio y seguro para fabricarlo.
El nuevo método rescata el trabajo tradicional usando machacadores para lograr que las fibras del árbol jonote colorado se ablanden y puedan manejarse. “En tanto, la propuesta por parte de la UAM consiste en someter al material a una fermentación con residuos de naranja, limón y piña, machacados con máquinas especiales que desarrollé para este proyecto y cocción”, explica la doctora Alejandra Quintanar Isaías, adscrita al laboratorio de Anatomía y Tecnología de la Madera y titular de la investigación.
Fueron los mismos artesanos quienes pidieron ayuda para solucionar el problema, por lo que a través de un convenio con el Fondo Nacional de Fomento a las Artesanías y el Instituto de Artesanías e Industrias Populares de Puebla, nació el presente proyecto, el cual ya está finalizado y con solicitud de patentes ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Lavar la fibra obtenida por este método requiere una gran cantidad de agua y favorece la formación de vapores tóxicos en los cuerpos de agua dulce. En cambio, el nuevo procedimiento no afecta el medio ambiente ni la salud de quienes lo ponen en práctica, ya que no se utilizan sustancias químicas.
Además de tratarse de un proceso limpio, su ventaja es que puede utilizarse con cortezas de distintas especies además del jonote, se emplea una mínima cantidad de agua a diferencia de las grandes cantidades que se utilizan para eliminar la sosa y el cloro, y se obtiene un tipo de papel de buena calidad.

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