MUSEO BRADY: ARTE UNIVERSAL EN CUERNAVACA
Por: Lali S. Markii
El museo Brady, linda con la catedral de Cuernavaca y está ubicado en la que fuera residencia del coleccionista de arte Robert Brady, estadounidense dedicado a las artes plásticas y el diseño; conserva el estilo colonial mexicano y exhibe una valiosa diversidad de obras de arte de varios continentes, en particular de arte prehispánico y contemporáneo de México.
Este coleccionista, quien vivió durante 27 años en la ciudad de Cuernavaca, decidió donar su colección de arte y residencia, para convertirla en un museo, como un gesto de agradecimiento a la comunidad morelense merecedora de una muestra significativa del arte universal.
La riqueza estética del museo Brady, que se abrió al público en 1990, es un escenario de gran belleza que se ha convertido en un estímulo cultural para los jóvenes estudiantes de distintos niveles educativos, que en visitas programadas por sus centros escolares acuden para promover su sensibilidad artística y creatividad.
En el patio principal destacan piezas prehispánicas y una linterna japonesa, que recibió Brady del famoso psicoanalista Erick Fromm, quien asimismo residió durante varios años en Cuernavaca.
En el primer piso se despliega una muestra de arte religioso virreinal en México, artesanías y máscaras de distintas etnias de nuestro país. Por otra parte, destacan las pequeñas pinturas al oleo y dibujos de los tres grandes muralistas mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, en particular resultan interesantes los dibujos realizados por Diego Rivera de Dolores Olmedo.
En la terraza denominada “cuarto de arte tribal” frente al espacio abierto de la alberca, están expuestas una serie de piezas y máscaras de África y la India, así como una mesa de Camerún hecha de chaquira sobre la que reposan palomas Huicholes del mismo material.
En la amplia cocina de estilo tradicional mexicano se encuentra una pintura de la cocinera de Robert Brady, realizada por él mismo y en el pequeño comedor hay una colección de pinturas de San Pascual Bailón, fraile franciscano, patrono de los cocineros que al preparar los alimentos, en el convento, oraba a los ángeles para que la comida resultara apetecible y estuviera lista a tiempo.
En otra área de la planta alta, sobresale un autorretrato de Frida Kahlo, en la que excepcionalmente se muestra apacible, en compañía de uno de sus monos; así mismo sobresale una pintura del artista postcubista oaxaqueño Rufino Tamayo, mundialmente reconocido.
El museo Brady cuenta además con un cine club en el que cada jueves se proyectan obras maestras de la cinematografía mundial.